Te quejas. Me hablas. De rodillas frente a ti observo como subes y bajas la piel rápido.
Cabrón, no dejas que te toque. Sólo, y a
veces, refriegas la cabeza en mi boca para desesperarme aún más. Y cuando se
asoma una gota, me pintas los labios con ese brillo translúcido envuelto en un
denso perfume. Luego, golpeas mi rostro con aquella dureza para después, y de
una vez, llenarme la boca con ella. Con las ansias de un sediento: succiono, lamo
y aprieto. Mi lengua convertida en una hábil serpiente que envuelve y
estrangula tu carne y sus venas. Al tope en mi garganta. No puedo
respirar. La saliva escurre. Mis ojos lagrimean. Te encanta hacerme sufrir, maldito. Súbitamente, un gran estertor
te invade el cuerpo. Retrocedes un par de centímetros y eyectas tu semen espeso
y salobre en mi boca dispuesta para quedar suspendido en el último resuello de
placer. Yo, me reclino hacia atrás. Y mirándote a los ojos saco mi lenguacascabel
para mostrarte mi recompensa, y lentamente tragarte…
Casi me ahogué yo!!!!!
ResponderEliminarHala!! Magnífico relato sobre un felatio muy rudo!! Desde Madrid saludos Mdelaoz
EliminarMe ha gustado aunque es fuerte pero eso lo hace interesante
ResponderEliminarInteresante sexo oral el tuyo :P
ResponderEliminarqué tremendo...
ResponderEliminarUn manjar este relato tuyo no solo por el tema en sí sino que la manera en que escribes que es muy intensa y transmites lo que se siente.
ResponderEliminarDonde estás?
ResponderEliminarNo te conviertas en fantasma cuando necesito de ti.
Gabriel/Notengonombre