A Franz
El cielo era celeste, después grisáceo y ahora negro resuelto en noche. El crepúsculo envuelve aún más las sombras. Las sombras me elevan más. Parece una confabulación nocturnal. Sobre mi cabeza no hay luna, tampoco estrellas. Y mientras camino apenas guareciendo un cigarrillo casi moribundo por la humedad, sigo pensando que la lluvia dignifica la melancolía en su esplendor. Las gotas llenan el absorto silencio de lo enmudecido. No hay mejor melodía, inmaculada y tranquila. Por cierto, la oscuridad es total; en cofradía con la gélida brisa asida a lo tempero de la mirada. A lo lejos luces nubladas, débiles. El manto del aguacero viste los faroles, casi enceguecida la luz artificial. Me detengo para mirar al abismo invertido: sólo nubes y de éstas lagrimones gruesos que mojan la tela negruzca que llevo puesta.
Pienso, en algún lugar estarás; y junto a mí. Yo en tus bolsillos, sobre la solapa, en tu boca, en la piel blanca que cubre la hermosura de tu impalpabilidad. Tan lejos que estás. ¿Te conté que soñé contigo? Pasaban los años con sus estaciones, pero nunca el amor. Alguna vez nos reuníamos en una plazoleta. Y llovía. No decíamos nada, sólo nos besábamos. El agua escurría por entre los labios y ésta con aquella tibia que brotaba de los ojos oscuros y claros. Nunca más nos escribíamos una carta porque nos cosíamos la piel y el alma para no separarnos más. Como esta densa neblina a lo que queda de noche. Justo ahora, el viento es furioso y congelado, cala los huesos vividos. A veces vuelven a caer gotas, no las esquivo. Refugio las manos en los bolsillos. Apresuro el paso por el frío cada vez más intenso. Quiero imaginar que al final del camino me estarás esperando. Para ese entonces, ni la lluvia ni el ventarrón me quitarán el calor otorgado por la cobija de tu cuerpo deseado y de ese abrazo sentido que nos damos en las líneas que nos dedicamos todas las horas del día.
Muy distinto a los que escribís siempre pero igualmente intenso y notable
ResponderEliminarMi querida Milena; la distancia cose las almas con hilo eterno.
ResponderEliminarMuy buen escrito, no es erótico pero si muy nostálgico y vivencial. El amor es capaz de hacer realidad lo imposible
ResponderEliminarOs felicito como siempre
Agradezco los comentarios. Muy amables.
ResponderEliminarSi te hacéis llamar meretriz de Poe es con razón porque joder que se vive la noche y los deseos en cada una de tus palabras
ResponderEliminarUn placer para los sentidos, todos y cada uno
ResponderEliminarDe Puerto Rico un saludo!!!!
Prosa poética... tienes sensibilidad a flor de piel. Pasión y sensibilidad. Es una combinación explosiva. Tormentosos momentos deduzco.
ResponderEliminarCariños para ti. Siempre.
Fran. También cariños para ti siempre.
ResponderEliminarHERMOSO
ResponderEliminarAtmósferas...
ResponderEliminarComo siempre mi querida Magda... Notable!! " nunca nos escribimos una carta porque nos cosíamos la piel y el alma para no separarnos mas" definitivamente un sentimiento ensordecedor...Yo aun espero en los escombros de mi castillo una respuesta que no sea un sueño pero que me haga soñar....
ResponderEliminarCLAUDIA ANDREA SOLIS CASTRO
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